¿Qué es la normativa CAFE y en que afecta?

La normativa CAFE llamada así por sus siglas en inglés (Clain Air For Europe) ha entrado en vigor este año con el propósito de reducir las emisiones CO₂ de los vehículos.

Dicha regulación  afectará tanto a conductores como fabricantes  ¿Quieres saber cómo? A continuación os lo explicamos.

¿Qué es la normativa CAFE?

Primero de todo, antes de hablar de la repercusión debemos tener claro en que consiste esta normativa.
La normativa CAFE es una regularización creada por la Unión Europea, la cual marca unos límites de emisiones más estrictos en todo vehículo fabricado a partir del 2025. Pasando de los permitidos 115,1gr de CO₂ por kilómetro recorrido a tan solo 93,6gr. 
A partir del 31 de diciembre de 2029 se plantea reducir las emisiones hasta 49,5gr de CO₂, con la finalidad de cara a 2035 prohibir la venta de vehículos de combustión diésel y gasolina.

¿En qué afecta a los fabricantes?

Toda empresa con procesos de fabricación de vehículo se verá sancionada por cada gramo que exceda este nuevo límite.
Concretamente, la multa son 95€ por gramo excedido y multiplicado por el número de vehículos vendidos.

Esta situación compromete a la gran mayoría de las empresas del sector, las cuales se están viendo obligadas a tomar medidas para evitar las sanciones millonarias que se les pueden llegar a presentar, destacando dos métodos:

  • Invirtiendo en desarrollo y compra de tecnologías para la creación de vehículos que cumplan los actuales estándares europeos.
  • Mediante el sistema «créditos de carbono» empresas de vehículos 100% eléctricos pueden ofrecer dicho crédito si la marcas que exceden el límite de emisiones les compran un equivalente que compensen los excesos que ellos hayan generado. Siendo esta una solución a corto plazo que varias empresas han tomado.
¿En qué afecta a los conductores?

Pese a que la normativa únicamente se aplica a los fabricantes, es de esperar que con el paso del tiempo se tomarán medidas parar incentivar a los conductores a realizar la transición al nuevo modelo de conducción más sostenible.

Esta transición se intentará realizar de una forma progresiva. Dado que en el periodo donde las fábricas invierten en el desarrollo de nuevas tecnologías sostenibles, dicho coste de inversión puede verse reflejado en el precio del producto final.
Siendo esto un compromiso entre empresa y conductor que debe de regularse a medida que se vaya implementando y estandarizando las nuevas modificaciones automovilísticas.

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